por Kendall Calvo D.
Alguna vez te has preguntado ¿de dónde venimos? Seguramente que sí y de hecho existe un enorme grupo de especialistas en todo el mundo que se dedica a rebuscar las pistas que nos puedan responder a tan incómoda pregunta.
Pues las claves están allí afuera, el Universo mismo es un gigantesco remanente de su propio pasado y un importante campo de las ciencias espaciales se está encargando de desvelar uno de los más grandes misterios de la humanidad. ¿Cuál fue el origen de todas las cosas?¿Porqué todo es como es y no de otra manera?¿Será que estamos inmersos en El Universo o sólo en uno de tantos? A todas estas inquietantes dudas la Cosmología trata de buscar una respuesta razonable y, por supuesto, fundamentada con evidencias observacionales.
“Todo empezó a partir de un núcleo primordial, éste núcleo, de tamaño menor al de un átomo, poseyó una cantidad impensable de energía que posterior a una violenta expansión daría forma al universo que vemos hoy”
En definitiva esta es la teoría que es mayormente aceptada por los cosmólogos en nuestros días. Pero llegar a una conclusión así no surge en la comunidad científica sólo como una revelación, sino tras un largo tiempo de discusiones sobre ideas y experimentos en los que se vieron involucrados algunos de los mayores genios de la física de nuestra era, y gracias a un premio Nobel un tanto accidental...!
Muchos científicos de inicios del siglo XX empezaban a murmurar sobre la posibilidad de que el Universo hubiera tenido su origen como consecuencia de una enorme explosión de materia condensada en un pequeño “huevo primordial”, entre ellos un sacerdote y astrofísico llamado George Lemaître. Luego le llamarían a este evento el Big Bang o Gran Explosión, pero ciertamente faltaba mucho para fundamentar esta idea de forma definitiva.
En 1915 ocurre un evento que, sin duda, da inicio una nueva era en la física. El genial Albert Einstein publica su Teoría General de la Relatividad que consiste en un juego de intrincadas ecuaciones como consecuencia de una idea loca, pero ingeniosa. El espacio no es siempre plano, la simple presencia de materia lo deforma curvándolo, y estas deformaciones atraen a los objetos entre sí dando origen a la tan afamada fuerza de gravedad. Einstein tomó esta idea y la transformó en diez asombrosas ecuaciones sintetizadas maravillosamente en una sola expresión, llamada usualmente la Ecuación Covariante de Einstein:
Ecuación Covariante. |
La comunidad científica tardó un tiempo en aceptar la idea de que el espacio pudiera deformarse, e incluso ¿el tiempo? Pues poco a poco la ecuación fue ganándose un lugar en las mentes científicas del momento provocando que todos se preguntaran ¿y esto qué implica?. Entre 1920 y 1922 vendrían otros importantes aportes, primero al descubrirse que existían objetos que se encontraban fuera de nuestra galaxia, cabe decir que era comúnmente aceptado que la Vía Láctea conformaba el Universo en su totalidad, pero ahora realizaban que había objetos más allá de esta, otras galaxias. Además el físico-matemático Alexander Friedmann encuentra la primera solución para las ecuaciones de Einstein, y representaban a un Universo en expansión! Esto significa directamente algo. Que todos los objetos se alejan unos de otros en cierta medida. Pero no existía tal evidencia hasta que siete años después Edwin Hubble confirmaba experimentalmente esa aseveración observando galaxias lejanas. Sin duda el Universo se expande!
Pensemos un momento, si todo se separa, eso significa que en algún momento estuvo todo junto. Punto a favor para Lemaître y el Big Bang!
Aún así Herman Bondi, Thomas Gold y Fred Hoyle tratan de traer abajo esta idea, argumentan que si esta gran explosión hubiera sucedido habría dejado alguna forma de remanente, que hasta nuestros días sería detectable, algún tipo de radiación que nadie había encontrado. Luego Ralph Alpher explicaría cómo esta radiación remanente debería encontrarse en el rango de las microondas...
Mientras tanto en los laboratorios Bell Telephone dos científicos realizan experimentos con una antena que usarían para comunicarse con un satélite, pero un incesante ruido aparecía en los monitores, tras revisar varias veces la antena llegaron a pensar que el ruido se debía al excremento de las palomas que pasaban por ahí cada día, pero tras limpiar una y otra vez la antena el ruido seguía ahí. No pasó mucho tiempo para que Arno Penzias y Robert Wilson se dieran cuenta de que accidentalmente tropezaron con la tan buscada Radiación de Fondo de Microondas. Una huella fresca del mismísimo Big Bang! Pronto se enviarían sondas como COBE al espacio para generar mapas de esta radiación.
Siempre es bueno hacer una aclaración interesante e importante. La Gran Explosión no fue grande y mucho menos fue una explosión! Fue pequeña, diminuta, el Universo entero se encontraba en un estado de una densidad abrumadoramente enorme confinada en una mota llamada comúnmente “singularidad”. Y no fue una explosión. Todos sabemos que cuando algo explota significa que se expande rápidamente en el espacio. Pero con el Universo pasa algo distinto, es el espacio mismo el que se expande violentamente!
¿Qué ocurrió Big Bang? Ciertamente muchas ideas se han desarrollado alrededor de esto, lo que es definitivo es que no sabemos con certeza qué sucedió en las primeras milésimas de vida del Universo, pero debió ser sumamente caótico, lleno de energía sin orden ni forma alguna en donde justamente nacieron el espacio y el tiempo y de pronto... se hizo la luz! Al surgir repentinamente los campos eléctricos y magnéticos en el Universo nacen los primeros fotones del Universo y un brillo como ningún otro lo cubre todo. Todo está caliente, a temperaturas inimaginables, la materia existente se encuentra desordenada, pero conforme el espacio se empieza a expandir la temperatura disminuye y ocurre uno de los eventos menos comprendidos para ciencia, en una fracción de segundo el espacio aumenta su tamaño cien octillones de veces!!! A esto se le denomina como la era de la inflación y da lugar para que el Universo se enfríe lo suficiente para que las pequeñas partículas que conforman la densa amalgama primordial se unan. Así los quarks formarías electrones, protones y neutrones que a su vez, un tiempo después, formarían los primeros átomos de Hidrógeno y Helio. Y luego todos conocemos la historia: se forman las estrellas y a su vez las galaxias y luego los grupos de estas y en gran escala una gigantesca estructura con toda la energía y materia del Universo, que aún hoy y después de más de 13 mil millones de años sigue en expansión. Esta es la majestuosa Red Cósmica.
El Universo, tal y como lo vemos hoy, es el resultado de un largo proceso de evolución, ha sido moldeado por las fuerzas de la naturaleza dede su primer momento de existencia. Pero aún así nada de esto nos puede dar luces sobre la causa del Big Bang, ¿qué detonó el inicio de todo esto? Ciertamente nadie lo sabe! Y una vez más las mentes del mundo se conmocionas por esta incógnita. Pero pareciera ser que el Universo esconde su verdad lejos de nuestra mirada curiosa, refugiándose tras la cortina de la incertidumbre cuántica. ¿Será que es suficiente pensar que... “En el principio Dios creó los cielos y la tierra”? O hay algo más. Muchos creen que no es posible, en términos teóricos ni experimentales, hurgar en los primeros momentos del Universo debido a que la mecánica cuántica nos impone una barrera. Pero lo cierto es que la cosmología seguirá intentando descubrir qué existió durante el nacimiento del espacio y del tiempo mismo, ¿Dios?¿o una respuesta quizá, aún más sorprendente?
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